LA
ÚLTIMA ESCENA DE PAVESE
Tras la muerte de
Cesare Pavese, sus últimos poemas aparecieron en el escritorio de su
oficina en la editorial Einaudi. Diez poemas escritos y fechados
entre el 11 de marzo y el 11 de abril de 1950; un mes exacto para
redactar su testamento poético.
El 22 de marzo
escribió el que sería uno de sus poemas más célebres, quizás por
ominoso, Verrà la morte e avrà i tuoi occhi, pues cinco
meses más tarde, el 26 de agosto de ese año, vino la muerte y
Pavase la tomó como arma para matarse.
Verrà la morte e avrà i tuoi
occhi - Llegará la muerte y tendrá tus
ojos,
questa morte que ci accompagna
la misma muerte que nos acompaña
dal mattino alla sera, insonne,
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, come un vecchio rimorso
sorda, como un viejo remordimiento
o un vizio assurdo. I tuoi occhi o un vicio absurdo. Serán tus ojos
saranno una vana parola,
una palabra vacía,
un grito
un grido taciuto, un silenzio.
callado, un silencio. Los ves así
Così le vedi ogni mattina
cada mañana cuando te repliegas
quando su te sola ti pieghi
sola, frente al espejo. Oh, querida
nello specchio. O cara speranza,
esperanza, ese día sabremos
quel giorno sapremo anche noi
que eres la vida y eres la nada.
che sei la vita e sei il nulla.
Per tutti la morte ha uno
sguardo. La muerte tiene la misma mirada
Verrà la morte e avrà i tuoi
occhi. para todos. Y llegará la muerte
Sarà come smettere un vizio,
y tendrá tus ojos. Y será como
come vedere nello specchio
abandonar un vicio, como ver
riemergere un viso morto,
aparecer en el espejo un rostro
come ascoltare un labbro chiuso.
muerto, como escuchar labios cerrados.
Scenderemo nel gorgo muti.
Descenderemos mudos al abismo.
Pavese se quitó la vida en la habitación de un hotel de Turín. Eligió cuidadosamente el dónde, el cuándo y el cómo. Detalles meramente escénicos. Ante el suicidio la verdadera incógnita es siempre el porqué.
Su diario, titulado El
oficio de vivir, está salpicado de referencias suicidas e
impregnado de un profundo malestar existencial, y destila, página
tras página, una angustiosa sensación de fracaso, tal, que bien
podría haberse llamado El duro oficio de sobrevivir.
Su enésimo fracaso
amoroso, con la actriz norteamericana Constance Dowling, no parece
munición suficiente para acabar con su vida. Llegará la muerte y
tendrá tus ojos, ¿los grises ojos de
Constance? Pavese la describió en otros versos como mujer de sonrisa
moteada y risa rutilante. De hecho, en estos poemas brilla
más la risa que la mirada. ¿El fracaso como escritor entonces?
Acababa de recibir un premio literario. Quizás la imposibilidad de
redención por la palabra. O quizás el fracaso de no poder resolver
la incógnita de sí mismo en su ecuación humana.
Llegará la muerte
y tendrá tus ojos… ¿los ojos de la derrota reflejados en el
espejo?
TEXTO
Y TRADUCCIÓN DE PEDRO SÁNCHEZ SANZ