Cada minuto es un juego diferente, lo cual da sentido a mi búsqueda. Polvo mágico hecho de colmillo de elefante. Estamos sentados en un asiento de cordones, todo entrecruzado. Lo más recóndito y admirable de este asombroso misterio está en nosotros mismos. El deseo de aferrarse a otro. Observar con curiosidad un objeto para reconocerlo y explorarlo, permite vivir diversos presentes en un idéntico contexto o producir tantas imágenes diferentes como la capacidad imaginativa sugiera.
No parecía tener función en la respuesta inmunitaria, mi estado de ánimo era más bien pesimista. Dick llevaba ya media hora de retraso. Pasaba ciertos apuros de dinero que no quería disimular. Todavía continuaba resistiendo, me convertía en una suerte de perdedor y el cielo podía parecerme azul. Pesimista o no, el mundo es así, no puedo cambiar nada. Después del atardecer, no había consultado ningún relato de viaje auténtico y el frío hacía añorar el calor del fuego, pensaba que la tierra era la responsable por los minerales que contiene. Mi ángel y yo bajamos, presurosos la colina. El Occidente medieval nació de las ruinas del mundo romano. Muerte irreversible (o no): zona de necrosis. Eliminar tejidos necróticos y desencadenar la proliferación del tejido de granulación. Mañana podemos ser nosotros en una muerte no anunciada. No me sirve de nada ahora.
No sería Memoria si olvidase el olvido. A veces me siento ahogado, limitado y sin la posibilidad de seguir adelante. Flota mi barba hasta las rodillas bajo el pensamiento y éste no se compra con dinero. Conoce más, si te atreves.
Capítulo 15 de AMEN DICK, de Chencho Ríos