2 de julio de 2012


LA ÚLTIMA ESCENA DE PAVESE



Tras la muerte de Cesare Pavese, sus últimos poemas aparecieron en el escritorio de su oficina en la editorial Einaudi. Diez poemas escritos y fechados entre el 11 de marzo y el 11 de abril de 1950; un mes exacto para redactar su testamento poético.

El 22 de marzo escribió el que sería uno de sus poemas más célebres, quizás por ominoso, Verrà la morte e avrà i tuoi occhi, pues cinco meses más tarde, el 26 de agosto de ese año, vino la muerte y Pavase la tomó como arma para matarse.



Verrà la morte e avrà i tuoi occhi -   Llegará la muerte y tendrá tus ojos,

questa morte que ci accompagna      la misma muerte que nos acompaña

dal mattino alla sera, insonne,          de la mañana a la noche, insomne,

sorda, come un vecchio rimorso        sorda, como un viejo remordimiento

o un vizio assurdo. I tuoi occhi          o un vicio absurdo. Serán tus ojos

saranno una vana parola,                  una palabra vacía, un grito

un grido taciuto, un silenzio.              callado, un silencio. Los ves así

Così le vedi ogni mattina                     cada mañana cuando te repliegas

quando su te sola ti pieghi                   sola, frente al espejo. Oh, querida

nello specchio. O cara speranza,         esperanza, ese día sabremos

quel giorno sapremo anche noi           que eres la vida y eres la nada.

che sei la vita e sei il nulla.



Per tutti la morte ha uno sguardo.       La muerte tiene la misma mirada

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.        para todos. Y llegará la muerte

Sarà come smettere un vizio,                 y tendrá tus ojos. Y será como

come vedere nello specchio                   abandonar un vicio, como ver

riemergere un viso morto,                     aparecer en el espejo un rostro

come ascoltare un labbro chiuso.         muerto, como escuchar labios cerrados.

Scenderemo nel gorgo muti.                 Descenderemos mudos al abismo.




Pavese se quitó la vida en la habitación de un hotel de Turín. Eligió cuidadosamente el dónde, el cuándo y el cómo. Detalles meramente escénicos. Ante el suicidio la verdadera incógnita es siempre el porqué.

Su diario, titulado El oficio de vivir, está salpicado de referencias suicidas e impregnado de un profundo malestar existencial, y destila, página tras página, una angustiosa sensación de fracaso, tal, que bien podría haberse llamado El duro oficio de sobrevivir.

Su enésimo fracaso amoroso, con la actriz norteamericana Constance Dowling, no parece munición suficiente para acabar con su vida. Llegará la muerte y tendrá tus ojos, ¿los grises ojos de Constance? Pavese la describió en otros versos como mujer de sonrisa moteada y risa rutilante. De hecho, en estos poemas brilla más la risa que la mirada. ¿El fracaso como escritor entonces? Acababa de recibir un premio literario. Quizás la imposibilidad de redención por la palabra. O quizás el fracaso de no poder resolver la incógnita de sí mismo en su ecuación humana.

Llegará la muerte y tendrá tus ojos… ¿los ojos de la derrota reflejados en el espejo?



TEXTO Y TRADUCCIÓN DE PEDRO SÁNCHEZ SANZ